La voz de la Bestia

Llegas a casa, con el maletín más cargado que de costumbre, aunque nadie deba darse cuenta. Saludas. Un beso. Acomodas tus cosas en el despacho y preguntas qué hay de cenar, sin ganas, con el estómago dado la vuelta. Entras con cuidado en el cuarto de los niños y te Seguir leyendo

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