Merecemos la cárcel
Siete de la mañana. Por los grandes altavoces ubicados en cada pabellón suena un corno escocés a toda potencia. Además, un guardia recorre los pasillos arrastrando la porra por los barrotes sin ningún remilgo mientras silba entre dientes la Internacional. A Carlos no le queda más remedio que levantarse. Diez Seguir leyendo Merecemos la cárcel