El disfraz de los mil días

Son más de mil días, para qué nos vamos a engañar. Pero las convenciones son redondas. Y no siempre van a triunfar las matemáticas, esas tiranas de la verdad. Tres años. Mil días. Y pico. El próximo lunes, El Faro del Impostor cumple tres años, con su cuenta por semanas, su niebla de frontera y su aceite de engranajes. Nació en pleno Halloween, en una fiesta en la que la ficción se apropia del mundo real. Y la genética manda. Tres años después, se ha disfrazado de viajero para celebrarlo, con el pasaporte listo para la ida y vuelta. El Faro ha crecido y quiere conocer nuevas orillas, nuevos horizontes. Es su regalo. Es mi regalo.

Mil díasEn apenas una semana, el Faro ha cruzado las líneas de Babel para instalarse en Francia, con ayuda de la editorial L’An 2 y del traductor Benoît Mitaine, que se han encargado de que La feria abandonada, el pequeño inventario de nostalgias que ideó Pablo Auladell y en el que participamos Julián López Medina y yo, suene con la cadencia aguda del francés. La fête abandonnée, se titula cuando paseas junto al Sena. Tanta ha sido la alegría, que el Auladell se ha encargado de celebrarlo con no sé qué premio importante. Para otro libro, El Paraíso Perdido. No se puede confiar ni en los mejores amigos.

El Faro llegará pronto a costas americanas y a la orilla de un río centroeuropeo. Eso es, al menos, lo que asegura. Dice también que pronto os lo contará. Que primero os tenéis que disfrazar para Halloween y todo eso. Que segundo, ya tenéis noticias suyas dos veces por semana, desde que comenzó a colaborar con Alicante Plaza. Que tercero, tengo que agradeceros que hayáis estado ahí mil días, tres años, en realidad, atentos a la bitácora de Naufragios, a las luces de la Sala de Linternas y a las brasas de la Sala de Calderas. Y que paciencia, demonios, que parecéis los que quieren saber el final de la película cuando solo acaba de empezar.

Para terminar, dice que aprovecha que el Omega de Morente también está de aniversario para dejaros esto. Y que me mire lo de la doble personalidad. No sé a qué se refiere. Yo voy a preguntar otra vez por el Síndrome del Nido Vacío. Que no es que no lo padezca, es que todo lo contrario.

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