El coño de Constance

A Gustavo A. Maestro de las pequeñas historias y admirador de Courbet. Se llamaba Constance Quéniaux y consiguió llegar al ballet de la Opera de París, donde apenas superó las penurias de una vedette de segunda enroscada en el cuerpo de baile que rellena el escenario para compensar el encuadre Seguir leyendo

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