Ucrania, gas y frontera

Guerra en Crimea remite a relatos del XIX. A aventuras con salacot, a colonialismo británico. A Tolstoi, a Conrad, a Marco Polo. A toda esa épica de cuaderno y fotos viradas en sepia que suele aparecer en los artículos de Jacinto Antón o en las entradas de Bea Canabal en su blog Castaño de Indias. Guerra en Crimea es un plano ilustrado con paradas en Sebastopol, en Yalta, en Teodosia. Es la invasión de los tártaros y los acuerdos de la Segunda Guerra Mundial. Mar Negro, Mar de Azov. Es la costa que se divisa en lontananza desde la Odesa de Eisenstein. Guerra en Crimea tiene algo de epopeya de Byron, de Troya con frío, de balneario para tísicos. Hasta de enigma de Agatha Christie.

Ucrania, el país del que Crimea siempre ha parecido querer desgajarse, también es gas y trastienda de Europa. Recursos naturales y frontera, dos de los argumentos principales de todo manual bélico. Es el escenario preciso para el complejo de inferioridad de Putin, que quiere recuperar la relevancia soviética que se diluyó con el último ladrillo del Muro de Berlín. Es un pueblo siempre oprimido con ganas de arrancarse la mordaza. Es el busto blanco y firme de Femen. Es la sensación de que bajo decreto se vive mejor, lo mismo que pensaba un sector de la población española de Franco.

Trincheras

‘Trincheras’, cuadro de Otto Dix en el que se refleja el horror de la guerra.

Pero vuelven las trincheras. Los periodistas tratarán de explicar en artículos de 2.500 palabras lo que un escritor narrará en una novela de 300 páginas dentro de veinte años. Lo mismo que resumió el pintor expresionista Otto Dix durante la Primera Guerra Mundial en su Diario de guerra: “Piojos, ratas, alambradas, pulgas, granadas, bombas, trincheras, cadáveres, sangre, aguardiente… Gases, inmundicia, balas, morteros, fuego… ¡Eso es la guerra! Todo obra del diablo”. Estallará un conflicto, se resolverá, los ciudadanos sufrirán privaciones, volverá la paz y nacerá un político que recuperará viejas rencillas para captar votos o dinero, valga la redundancia. Y habrá otro motivo de enfrentamiento, como ahora. Habrá armas con mejores prestaciones, como ahora. Habrá miseria en el ser humano, como siempre.

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2 pensamientos sobre “Ucrania, gas y frontera

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