Niñas (2). El cuarto cerrado
Generalmente vengo los miércoles. Levanto las persianas y el sol mueve las motas de polvo. Me embobo siempre, un poco. Qué tontería. Después de un rato, ahueco los cojines y los vuelvo a dejar en la misma posición. Lo demás, ni lo toco. Ya no. Al principio no quería ni Seguir leyendo Niñas (2). El cuarto cerrado
